Mi dulce Soledad

Ayer fuí a buscarte, a abrazarte, a besarte,

ayer me mojé en tu recuerdo, bebí de tí

y de tu dulce paseo.

Ayer me sentí querido, porque ayer, no viniste a mi,

fuí yo, a buscarte, en mi retiro.

Recuerdas los días que venías tú a vernos

de aquellos que escapabas sin decir, sin lamentos

de esas tardes de lluvia, llenas de notas y cuentos,

de las que Titeres y Titiriteros

me hacian pasar horas, en mi dulce Retiro.

Cómo se anela esa Soledad que muchas veces buscamos,

y de la que un día, ya, dejamos de estar enamorados.