Sal de MAR
No queda nada, mañana podré tocarte, te tendré en mis brazos,
y tú, tocaras con dulzura mis pies descalzos.
Ya no queda nada, para pasear juntos de la mano,
y que tus palabras suenen a susurros de reglamo.
Mañana, mi amada, sólo espera a mañana
que yo llevo un año, esperando tus miradas.
Cuando me veas, no mires a otros,
no bebas de sus lágrimas,
deja que las mias, sean las que hacen tu agua, salada.
1 Comments:
Suerte que para ti el mañana llega mañana, roza las olas por mí.
Besos poeta.
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