sábado, septiembre 17, 2005

Mi dulce guindilla.


Delgada, suave e inquietante,
cuando te miro, no se controlarme.
El calor te hace enrojecer,
colgada ahí estas desde el amanecer.

El aire que te roza,
tu cintura hace bailar,
y mi boca, tu roce, cosquillear.

Si te pruebo, puedo pensar que me muero,
si no lo hago, que soso será mi consuelo.

Aunque me queme la boca,
comerte, comerte sería la mejor cosa.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡¡¡Qué buenooo!!!
Me ha encantado.
Y me he sentido totalmente identificada. Gracias por avisarme de esto.

12:15 p. m.  

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